Tocaron a la puerta de mi casa y como soy desconfiado (vivo solo); antes de abrir la puerta, me puse a pensar…
¿Quién será? ¿Un pariente? ¿Una amiga o amigo? ¿La vecina? ¿Un conocido? ¿Un desconocido? ¿Un vendedor? ¿La señora de la limpieza? ¿Un cobrador de impuestos?...
Esperé unos minutos y finalmente, ¿pregunté quien es?
Como nadie contestó, abrí la puerta.
No había nadie, la persona que tocó la puerta, se había ido.
Tocaron a la puerta de mi corazón y como soy desconfiado (vivo solo); antes de abrir la puerta, me puse a pensar...
¿Quien será?,...
martes, 26 de enero de 2010
La paciencia de Apolo. Por David Gómez Salas
La paciencia de Apolo
Autor David Gómez Salas
Hace muchos años Casandra prometió a Apolo acostarse con él si le concedía el don de la profecía. Cuando recibió este don, no cumplió su promesa.
Apolo la maldijo y en venganza escupió en su boca y le suprimió el don de la persuasión. No le quitó el don de la profecía, porque Apolo siempre cumplía sus promesas. Apolo consiguió que a Casandra, sin el don de la persuasión, nadie le creyera.
Cien siglos después Casandra habitaba en el cuerpo de Helena, que estaba casada con Guillermo, presidente de un país poderoso.
Como Guillermo estaba muy ocupado gobernando, tenía poco tiempo para hacer el amor con su esposa. No tenía tiempo para ir a casa y hacía el amor en la oficina. Tenía dos amantes fijas y varias no formales.
Cuando Helena se enteró de los amores de Guillermo, quiso divorciase y llamó a su abogado para que iniciara los trámites y demandas.
Fue un litigio interesante, que iba ganando Helena hasta que el abogado de Guillermo solicitó y consiguió que la misma Helena hablara en la última audiencia del juicio. Cuando ella habló, nadie le creyó.
Para el juez fue imposible creer que tan buen gobernante, fuera mal esposo, que no fuera cariñoso y no fuera fiel amante. Así que pidió a Helena y a Guillermo que intentaran salvar su matrimonio. Ambos aceptaron.
Helena aceptó con la condición de que Guillermo le prometiera hacer el amor con ella, todos los días. Sabía que Guillermo era excelente en la cama y siempre cumplía sus promesas.
Guillermo nunca pretendió divorciarse, así que fácilmente prometió hacer el amor con ella, todos los días; y sonrió satisfecho porque había logrado que Casandra, por voluntad propia, le cumpliera.
Autor David Gómez Salas
Hace muchos años Casandra prometió a Apolo acostarse con él si le concedía el don de la profecía. Cuando recibió este don, no cumplió su promesa.
Apolo la maldijo y en venganza escupió en su boca y le suprimió el don de la persuasión. No le quitó el don de la profecía, porque Apolo siempre cumplía sus promesas. Apolo consiguió que a Casandra, sin el don de la persuasión, nadie le creyera.
Cien siglos después Casandra habitaba en el cuerpo de Helena, que estaba casada con Guillermo, presidente de un país poderoso.
Como Guillermo estaba muy ocupado gobernando, tenía poco tiempo para hacer el amor con su esposa. No tenía tiempo para ir a casa y hacía el amor en la oficina. Tenía dos amantes fijas y varias no formales.
Cuando Helena se enteró de los amores de Guillermo, quiso divorciase y llamó a su abogado para que iniciara los trámites y demandas.
Fue un litigio interesante, que iba ganando Helena hasta que el abogado de Guillermo solicitó y consiguió que la misma Helena hablara en la última audiencia del juicio. Cuando ella habló, nadie le creyó.
Para el juez fue imposible creer que tan buen gobernante, fuera mal esposo, que no fuera cariñoso y no fuera fiel amante. Así que pidió a Helena y a Guillermo que intentaran salvar su matrimonio. Ambos aceptaron.
Helena aceptó con la condición de que Guillermo le prometiera hacer el amor con ella, todos los días. Sabía que Guillermo era excelente en la cama y siempre cumplía sus promesas.
Guillermo nunca pretendió divorciarse, así que fácilmente prometió hacer el amor con ella, todos los días; y sonrió satisfecho porque había logrado que Casandra, por voluntad propia, le cumpliera.
sábado, 16 de enero de 2010
Traumatizado. Autor David Gómez Salas
¿Qué pasa?—le dije. Eran las once de la noche, su carro estaba en la calle descompuesto. Él se veía preocupado viendo al interior del cofre. Su esposa e hija, dentro del vehículo, confiando que él resolvería el problema.
Pues…mmm, no sé—contestó, inseguro y desconfiado. No enciende el motor, la batería está bien, tengo gasolina, no sé que pasa.
Es una zona peligrosa a esta hora, empujemos tu auto al estacionamiento del Centro Comercial, te llevo con tu familia a tu casa y después regresas con algún mecánico y acompañantes hombres, para que no te asalten—propuse.
La noche estaba fría y con lluvia. El hombre aceptó mi invitación, así que a empujones acomodamos su carro en el estacionamiento del centro comercial, ahí hay vigilancia. Es un sitio ligeramente más seguro que la calle. Se subieron a mi carro, en los asientos de atrás. Adelante íbamos mi esposa y yo.
Toma la calzada Acoxpa en dirección a la calzada de Tlalpan, yo te diré donde darás vuelta y como llegar a mi casa—me dijo. Después comentó, en estos tiempos ya no existen personas solidarias como usted, que se animen a transportar, en su carro, a desconocidos. Nadie ayuda nadie, todos desconfían de todos.
Manejé la ruta, siguiendo sus indicaciones y en una esquina me dijo: ya llegamos, muchas gracias aquí nos quedamos.
¿Dónde vives?—pregunté.
En aquella casa blanca contestó—su hija, una niña como de ocho años.
Aquí está bien—insistió el señor. Hizo el intento de abrir la puerta.
Te llevaré a tu casa para que no se mojen, no abras la puerta—le dije.
Solo faltaban 30 metros, así que los llevé a la casa blanca. Bajaron los tres, la señora metió la llave en la cerradura y abrió una puerta frente al jardín y de inmediato corrieron hacia la puerta de la casa. Seguía lloviendo levemente.
Gracias—dijo él, sin voltear a vernos. Evitó que viéramos su rostro, se alejó del carro de inmediato y se paró en la puerta del jardín, mostrándonos su espalda.
Al verlos seguros en su domicilio, les grité: ¡Adiós, que todo salga bien!, y nos fuimos.
¡Qué señor tan desconfiado!—dijo mi esposa. ¿Porque generalizó? ¿Porque dijo, todos desconfían de todos?
Supongo, está traumatizado—contesté.
Pues…mmm, no sé—contestó, inseguro y desconfiado. No enciende el motor, la batería está bien, tengo gasolina, no sé que pasa.
Es una zona peligrosa a esta hora, empujemos tu auto al estacionamiento del Centro Comercial, te llevo con tu familia a tu casa y después regresas con algún mecánico y acompañantes hombres, para que no te asalten—propuse.
La noche estaba fría y con lluvia. El hombre aceptó mi invitación, así que a empujones acomodamos su carro en el estacionamiento del centro comercial, ahí hay vigilancia. Es un sitio ligeramente más seguro que la calle. Se subieron a mi carro, en los asientos de atrás. Adelante íbamos mi esposa y yo.
Toma la calzada Acoxpa en dirección a la calzada de Tlalpan, yo te diré donde darás vuelta y como llegar a mi casa—me dijo. Después comentó, en estos tiempos ya no existen personas solidarias como usted, que se animen a transportar, en su carro, a desconocidos. Nadie ayuda nadie, todos desconfían de todos.
Manejé la ruta, siguiendo sus indicaciones y en una esquina me dijo: ya llegamos, muchas gracias aquí nos quedamos.
¿Dónde vives?—pregunté.
En aquella casa blanca contestó—su hija, una niña como de ocho años.
Aquí está bien—insistió el señor. Hizo el intento de abrir la puerta.
Te llevaré a tu casa para que no se mojen, no abras la puerta—le dije.
Solo faltaban 30 metros, así que los llevé a la casa blanca. Bajaron los tres, la señora metió la llave en la cerradura y abrió una puerta frente al jardín y de inmediato corrieron hacia la puerta de la casa. Seguía lloviendo levemente.
Gracias—dijo él, sin voltear a vernos. Evitó que viéramos su rostro, se alejó del carro de inmediato y se paró en la puerta del jardín, mostrándonos su espalda.
Al verlos seguros en su domicilio, les grité: ¡Adiós, que todo salga bien!, y nos fuimos.
¡Qué señor tan desconfiado!—dijo mi esposa. ¿Porque generalizó? ¿Porque dijo, todos desconfían de todos?
Supongo, está traumatizado—contesté.
martes, 12 de enero de 2010
Blasfemia. Autor David Gómez Salas
Blasfemia
Autor David Gómez Salas
Optimista, contento e ilusionado
Sin imaginar alguna restricción
De ti, siempre he vivido enamorado
Con intensa y gigantesca pasión
Me fascina tu rostro y tu dulce mirada
Me hechiza tu calidez e inteligencia
Hace cuarenta años, ya te amaba
Te amo igual que a Dios, ¡Que irreverencia!
Autor David Gómez Salas
Optimista, contento e ilusionado
Sin imaginar alguna restricción
De ti, siempre he vivido enamorado
Con intensa y gigantesca pasión
Me fascina tu rostro y tu dulce mirada
Me hechiza tu calidez e inteligencia
Hace cuarenta años, ya te amaba
Te amo igual que a Dios, ¡Que irreverencia!
lunes, 4 de enero de 2010
ABATE MOLÉCULA DE LA LECHE, CÉLULAS LEUCÉMICAS.
Fuente: Boletín UNAM-DGCS-005
• Una sal de la caseína detiene su proliferación y promueve la reproducción de células sanas de la sangre, dijo Edelmiro Santiago Osorio, académico de la FES Zaragoza de la UNAM• Estas proteínas evitan la muerte de ratones con leucemia mieloide aguda y, además, no se han observado efectos secundarios• Es de bajo costo y representa un avance para una posible estrategia terapéutica
Integrantes de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM descubrieron que una sal de la caseína, molécula presente en la leche, es capaz de abatir la proliferación de líneas leucémicas, al tiempo que promueve la reproducción de células sanas en la sangre.
Estas proteínas evitan la muerte de ratones con leucemia mieloide, en los que no se ha observado ninguna secuela, como sí ocurre con otros agentes anticancerígenos, explicó el académico a cargo de la investigación, Edelmiro Santiago Osorio.
El efecto de la molécula de la leche sobre las células de la médula ósea consiste en inducir la proliferación de macrófagos y granulocitos, así como de linfocitos T y B; es decir, la caseína promueve, por lo menos, el incremento de esos cuatro linajes celulares, fundamentales para la respuesta inmune natural y específica. Así, el sistema inmunológico se fortalece de forma importante.
Administrada en un organismo leucémico, según datos preliminares de los universitarios, prolonga la sobrevivencia por más de un año sin presentar signos de la enfermedad, a diferencia de los controles que mueren en menos de 28 días; la caseína no sólo protege de la afección sino que, incluso, parece curarla.
De ser así, “estaríamos por cumplir la aspiración médica de remediar un padecimiento sin producir otro efecto. Parece que nuestra molécula está en ese terreno”, dijo el científico.
La leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer de sangre, es resultado de alteraciones en la expresión de genes, provocadas por la exposición a radiación, pesticidas, agentes solventes y agroquímicos, entre otros.
Es particularmente agresivo en adultos mayores de 60 años, y si “la población tiende a ser más longeva, el problema se podría acentuar”. En México afecta a tres o cuatro de cada 100 mil habitantes.
Los síntomas son variados, pero en general, consisten en la pérdida de peso, presentación de sangrados y anemia. Una biometría hemática, donde se detectan anomalías en la producción de glóbulos blancos, es uno de los primeros parámetros para detectar leucemia. Luego se acude a una biopsia de médula ósea como estudio confirmatorio, explicó Santiago Osorio.
A pesar de la existencia de agentes antineoplásicos, quimioterapia, trasplantes de médula ósea o drogas de diseño que interrumpen la fosforilización, y con ello la cascada de transducción de señales que provoca la proliferación de las células malignas, la tasa de sobrevida es de tan sólo 30 por ciento.
El tratamiento básico, abundó, se basa en el uso del fármaco citarabina; no obstante, la mayoría de los pacientes desarrollan resistencia al mismo o tienen efectos secundarios tremendos, porque daña células leucémicas y sanas sin distinción; así, reduce los niveles de glóbulos blancos y el paciente queda mielosuprimido y, en consecuencia, inmunológicamente indefenso.
La investigación de Edelmiro Santiago inició en 1998 para tratar de entender la comunicación entre células que se presenta con señales químicas. “En el mundo de la hematopoyesis o génesis de las células de la sangre, esas señales reciben el nombre de citocinas”.
La meta fue describir cómo se interrelacionan las citocinas en condiciones de inflamación, y un agente conocido para inducir esta última condición, precisamente las proteínas de la leche.
Se observó que las caseínas no sólo inducen la señalización celular, sino que son capaces de llevar una célula de su estadio menos maduro a uno completamente maduro. Y una de las estrategias de la terapia contra la leucemia es justamente esa, la llamada terapia de diferenciación.
Fue entonces cuando se quiso ver qué le ocurriría a las líneas leucémicas in vitro. “Fue sorprendente: en presencia de caseínas bajaban su proliferación celular y se hacían funcionales, es decir, dejaban de ser dañinas”.
La pregunta de cómo la molécula de caseína frena las líneas leucémicas, respeta las células normales y promueve su proliferación, aún sigue sin respuesta, reconoció el científico.
In vivo, luego de inyectar caseína vía intraperitoneal a los ratones cada dos días, por 14, 20, 60, 80 y 120 días, no se detectó modificación alguna en su comportamiento, ni se encontró anormalidad alguna en sus órganos.
La molécula de la leche, que modula la hematopoyesis y que por primera vez es usada en estudios de cáncer en sangre, representa un avance, con pasos sólidos, para una posible estrategia terapéutica contra la leucemia mieloide aguda, y se prevé que pronto será patentada.
La caseína, presente en toda la leche aunque más abundante en algunas, como la de bisonte, es económica si se considera que el tratamiento convencional con citarabina cuesta alrededor de siete mil dólares, sin considerar los gastos médicos y complicaciones.
No obstante, a pesar de estar disponible en el mercado internacional, la caseína difícilmente se consigue en México por restricciones fitosanitarias. Por ello, tendría que producirse aquí, lo que no sólo es posible, sino que le daría un valor agregado a la industria lechera, opinó.
La molécula también ha comenzado a probarse para líneas de leucemia mieloide crónica obtenidas en crisis blásticas, cuando la médula ósea “enloquece” y produce blastos sin control, lo que provoca un problema que deriva en la muerte, y al parecer también funciona.
Se pretende incursionar con otros tipos de cáncer agresivos, particularmente de niños –el más frecuente es la leucemia linfocítica aguda– y en tumores sólidos como los de mama y piel, entre otros, agregó Edelmiro Santiago.
Los resultados de la investigación, donde han colaborado estudiantes de licenciatura y posgrado de biología y químico-fármaco-biólogo de la FES Zaragoza, y que se han dado a conocer en revistas como Immunobiology, ya son esperados por los médicos del Hospital General, donde se podrían realizar las primeras pruebas en humanos.
• Una sal de la caseína detiene su proliferación y promueve la reproducción de células sanas de la sangre, dijo Edelmiro Santiago Osorio, académico de la FES Zaragoza de la UNAM• Estas proteínas evitan la muerte de ratones con leucemia mieloide aguda y, además, no se han observado efectos secundarios• Es de bajo costo y representa un avance para una posible estrategia terapéutica
Integrantes de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM descubrieron que una sal de la caseína, molécula presente en la leche, es capaz de abatir la proliferación de líneas leucémicas, al tiempo que promueve la reproducción de células sanas en la sangre.
Estas proteínas evitan la muerte de ratones con leucemia mieloide, en los que no se ha observado ninguna secuela, como sí ocurre con otros agentes anticancerígenos, explicó el académico a cargo de la investigación, Edelmiro Santiago Osorio.
El efecto de la molécula de la leche sobre las células de la médula ósea consiste en inducir la proliferación de macrófagos y granulocitos, así como de linfocitos T y B; es decir, la caseína promueve, por lo menos, el incremento de esos cuatro linajes celulares, fundamentales para la respuesta inmune natural y específica. Así, el sistema inmunológico se fortalece de forma importante.
Administrada en un organismo leucémico, según datos preliminares de los universitarios, prolonga la sobrevivencia por más de un año sin presentar signos de la enfermedad, a diferencia de los controles que mueren en menos de 28 días; la caseína no sólo protege de la afección sino que, incluso, parece curarla.
De ser así, “estaríamos por cumplir la aspiración médica de remediar un padecimiento sin producir otro efecto. Parece que nuestra molécula está en ese terreno”, dijo el científico.
La leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer de sangre, es resultado de alteraciones en la expresión de genes, provocadas por la exposición a radiación, pesticidas, agentes solventes y agroquímicos, entre otros.
Es particularmente agresivo en adultos mayores de 60 años, y si “la población tiende a ser más longeva, el problema se podría acentuar”. En México afecta a tres o cuatro de cada 100 mil habitantes.
Los síntomas son variados, pero en general, consisten en la pérdida de peso, presentación de sangrados y anemia. Una biometría hemática, donde se detectan anomalías en la producción de glóbulos blancos, es uno de los primeros parámetros para detectar leucemia. Luego se acude a una biopsia de médula ósea como estudio confirmatorio, explicó Santiago Osorio.
A pesar de la existencia de agentes antineoplásicos, quimioterapia, trasplantes de médula ósea o drogas de diseño que interrumpen la fosforilización, y con ello la cascada de transducción de señales que provoca la proliferación de las células malignas, la tasa de sobrevida es de tan sólo 30 por ciento.
El tratamiento básico, abundó, se basa en el uso del fármaco citarabina; no obstante, la mayoría de los pacientes desarrollan resistencia al mismo o tienen efectos secundarios tremendos, porque daña células leucémicas y sanas sin distinción; así, reduce los niveles de glóbulos blancos y el paciente queda mielosuprimido y, en consecuencia, inmunológicamente indefenso.
La investigación de Edelmiro Santiago inició en 1998 para tratar de entender la comunicación entre células que se presenta con señales químicas. “En el mundo de la hematopoyesis o génesis de las células de la sangre, esas señales reciben el nombre de citocinas”.
La meta fue describir cómo se interrelacionan las citocinas en condiciones de inflamación, y un agente conocido para inducir esta última condición, precisamente las proteínas de la leche.
Se observó que las caseínas no sólo inducen la señalización celular, sino que son capaces de llevar una célula de su estadio menos maduro a uno completamente maduro. Y una de las estrategias de la terapia contra la leucemia es justamente esa, la llamada terapia de diferenciación.
Fue entonces cuando se quiso ver qué le ocurriría a las líneas leucémicas in vitro. “Fue sorprendente: en presencia de caseínas bajaban su proliferación celular y se hacían funcionales, es decir, dejaban de ser dañinas”.
La pregunta de cómo la molécula de caseína frena las líneas leucémicas, respeta las células normales y promueve su proliferación, aún sigue sin respuesta, reconoció el científico.
In vivo, luego de inyectar caseína vía intraperitoneal a los ratones cada dos días, por 14, 20, 60, 80 y 120 días, no se detectó modificación alguna en su comportamiento, ni se encontró anormalidad alguna en sus órganos.
La molécula de la leche, que modula la hematopoyesis y que por primera vez es usada en estudios de cáncer en sangre, representa un avance, con pasos sólidos, para una posible estrategia terapéutica contra la leucemia mieloide aguda, y se prevé que pronto será patentada.
La caseína, presente en toda la leche aunque más abundante en algunas, como la de bisonte, es económica si se considera que el tratamiento convencional con citarabina cuesta alrededor de siete mil dólares, sin considerar los gastos médicos y complicaciones.
No obstante, a pesar de estar disponible en el mercado internacional, la caseína difícilmente se consigue en México por restricciones fitosanitarias. Por ello, tendría que producirse aquí, lo que no sólo es posible, sino que le daría un valor agregado a la industria lechera, opinó.
La molécula también ha comenzado a probarse para líneas de leucemia mieloide crónica obtenidas en crisis blásticas, cuando la médula ósea “enloquece” y produce blastos sin control, lo que provoca un problema que deriva en la muerte, y al parecer también funciona.
Se pretende incursionar con otros tipos de cáncer agresivos, particularmente de niños –el más frecuente es la leucemia linfocítica aguda– y en tumores sólidos como los de mama y piel, entre otros, agregó Edelmiro Santiago.
Los resultados de la investigación, donde han colaborado estudiantes de licenciatura y posgrado de biología y químico-fármaco-biólogo de la FES Zaragoza, y que se han dado a conocer en revistas como Immunobiology, ya son esperados por los médicos del Hospital General, donde se podrían realizar las primeras pruebas en humanos.
domingo, 3 de enero de 2010
Recuerdos de Tuxtla. Autor David Gómez Salas
Recuerdo, el amor en mi hogar
El sonido de la marimba
Las noches con música
El básquetbol y el billar
Las serenatas sublimes
Los boleros románticos
Las mujeres bonitas
Y los besos en el cine
El teatro estudiantil
Las escuelas de danza
El arte, la poesía
Y la alegría juvenil
El Cañón del Sumidero
El río Grijalva indomable
Las legendarias montañas
Y el bello parque Madero
La vida fuera de casa
Mis queridos maestros
Y el lema de mi escuela
“Por la cultura de mi raza”
Mi idealismo y aventuras
Romances y desvelos
Amores y celos
Pasiones y locuras
Todo pude disfrutar
Gracias a una gran mujer
Que me educó en libertad
Con su vida ejemplar
Me enseñó a ser feliz
Me dio un método perfecto:
Amar, amar y amar
Ser intenso y directo
El sonido de la marimba
Las noches con música
El básquetbol y el billar
Las serenatas sublimes
Los boleros románticos
Las mujeres bonitas
Y los besos en el cine
El teatro estudiantil
Las escuelas de danza
El arte, la poesía
Y la alegría juvenil
El Cañón del Sumidero
El río Grijalva indomable
Las legendarias montañas
Y el bello parque Madero
La vida fuera de casa
Mis queridos maestros
Y el lema de mi escuela
“Por la cultura de mi raza”
Mi idealismo y aventuras
Romances y desvelos
Amores y celos
Pasiones y locuras
Todo pude disfrutar
Gracias a una gran mujer
Que me educó en libertad
Con su vida ejemplar
Me enseñó a ser feliz
Me dio un método perfecto:
Amar, amar y amar
Ser intenso y directo
viernes, 1 de enero de 2010
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