La fiesta de la Muerte
Autor David Gómez Salas
La Muerte incansable pendenciera,
celebraba que podía llevar al panteón,
a cualquiera, al que quisiera. 
Sin importar su condición
Al culto  y  al ignorante,
Al humilde y al arrogante.
A mujeres, hombres y homosexuales.
A locos, cuerdos, ateos y creyentes.
Me llevo ancianos, jóvenes y niños.
Cantaba la Muerte, sonriente.
La huesuda percibía adecuado el ambiente
(México, su referente)
para tener muchos clientes.
Tomó mucho Tequila y luego gritó, con esmero:
¡Viva la televisión!
¡Viva el clero!
¡Viva la corrupción! 
¡Viva el voraz extranjero!

 
 
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