HOMENAJE A JOSÉ MARTÍ
en el CLIX aniversario de su natalicio
Intervención de
Netzahualcóyotl Aguilera R. E.([1])
José Martí, Grande de América. De “Nuestra América” como tú la llamabas, para diferenciarla de la otra. ¡Salud!
Compañeros:
Tengo la certeza de que la ciudadanía estará de acuerdo conmigo en expresar un reconocimiento tanto para el Ayuntamiento como para los promotores de este pequeño pero significativo remanso de paz, reflexión y amor, construido gracias al entusiasmo de nuestros queridos amigos la maestra María de Jesús Rangel, el Dr. Héctor Treviño Herrera, el Lic. Eulogio Rodríguez Millares, ex-Cónsul General de Cuba en Monterrey -quien apoyó decididamente el proyecto y gestionó el busto que lo engalana- y de todos los integrantes del Comité Estatal de Solidaridad con Cuba en Aguascalientes. ¡Muchas gracias a todos ellos!
Estamos congregados una vez más para rendir el ya tradicional homenaje con motivo del natalicio de nuestro héroe, quien siguiendo los pasos de Simón Bolívar y demás paladines de la primera independencia de América Latina, impulsó nuestra segunda liberación en 1895; convertido en mártir al morir en el intento, le pasó la estafeta a México y su Revolución de 1910 que, antes de sufrir el lamentable colapso en que la mantiene nuestra incuria cívica, regresó la antorcha a la Patria de Martí, a Cuba, a nuestra hermana República de Cuba, que el 1º de Enero de 1959 se convirtió en el primer territorio libre de América para empezar a hacer realidad el sueño martiano.
Sé que en estos casos es usual referir detenidamente las virtudes del homenajeado; en esta ocasión, sin embargo, pido el permiso de ustedes para escuchar, mejor, la palabra del maestro, del poeta, del periodista, del político y, sobre todo, del gran guía de “Nuestra América” que fue José Martí, porque necesitamos que su mensaje nos despierte del letargo en el que está inmersa nuestra consciencia, pues su pensamiento de hace más de un siglo es tan vigente como lo que vamos a escuchar y que entresaqué de su valioso documento periodístico “Nuestra América”: ([2])
“¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan porque llevan el delantal indio de la madre que los crió, y reniegan ¡bribones! de la madre enferma ¡y la dejan sola en el lecho de las enfermedades! Pues ¿quién es el hombre? ¿el que se queda con la madre a curarle la enfermedad o el que la pone a trabajar donde no la vean y vive de su sustento... maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor en la espalda...?
“¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más; estos desertores que piden fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga en sangre a sus indios, y va de más a menos! ¡Estos delicados, que son hombres y no quieren hacer el trabajo de hombres!” (Id)
Esto les decía José Martí a quienes solo tienen ojos para el imperio en lugar de proteger las raíces que están en nuestra cultura latinoamericana.
A continuación la advertencia dirigida a los gobernantes:
“El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.”
“...el lujo venenoso, enemigo de la libertad, pudre al hombre liviano y abre la puerta al extranjero.” (Ibid)
Como ustedes lo captaron, es un mensaje con dedicatoria a los modernos miramones y mejías que cambiaron al príncipe austriaco por inversores extranjeros que vienen a chupar la sangre de nuestros obreros, campesinos y profesionales porque los suyos no aceptan sus míseros salarios.
Y Martí nos dice, también, lo que piensa de nuestras instituciones educativas:
“¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al mundo, con antiparras yanquis o francesas, y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen.” (Ibid)
Y yo digo que ahora ya no solo en la universidad, pues queremos que nuestros hijos empiecen a pensar en inglés desde el kinder, cuando, como nos dice Martí:
“La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia.” O esta otra:
“Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas.” (Ibid)
Martí también es profeta cuando nos dice:
“Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.”
Y una parte muy importante del pueblo, compañeros, es la juventud; de ella nos dice el prócer:
“Los jóvenes de América... Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear.” (Ibid)
Si Martí hubiera conocido la televisión se hubiera maravillado, pero estaría espantado por el pésimo uso que se le da. Y seguramente nos insistiría en que la salvación no está en copiar lo que nos machacan día y noche, sino en nosotros mismos, en nuestra autenticidad y en nuestra riqueza cultural; en nuestro arte, en nuestras costumbres y no en las que insisten en querernos imponer.
Nuestra juventud comprenderá en todo su valor los últimos mensajes, magistrales, de José Martí. El primero dedicado al imperio:
“...el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando... (es) la anexión de los pueblos de nuestra América al Norte revuelto y brutal que los desprecia...” “Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas...” ([3])
Y el segundo dedicado al despertar de América Latina:
“Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.” (2)
Esto nos lleva de la mano a nuestra última reflexión: la mayor parte de los países sudamericanos son los que últimamente han empuñado la bandera de la liberación y el 3 de Diciembre pasado obtuvieron un logro excepcional al fundar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) en Caracas, Venezuela, la tierra de Bolívar.
Y la reunión del presente año se celebrará en Cuba, la tierra de Martí.
Pero para que los instrumentos que los gobiernos construyen tengan el resultado anhelado, los ciudadanos que integramos el pueblo latinoamericano debemos despertar y asimilar las enseñanzas con las que los próceres como Martí nos muestran el camino para conquistar el último tramo de la liberación.
¡Viva Martí!
¡Viva la Revolución Cubana!
¡Viva la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe!
Muchas gracias.
México, América Latina
a 28 de Enero del año 2012
netz_mx@yahoo.com.mx
[1] Autor de la columna “Tlacuilo” que publica La Jornada Aguascalientes los días Viernes.
[2] Nuestra América. José Martí. La Revista Ilustrada de Nueva York, E.U., 10 de Enero de 1891.Tomado de http://www.analitica.com/bitblio/jmarti/nuestra_america.asp
[3] La carta inconclusa de Martí a su amigo Manuel Mercado. Campamento de Dos Ríos, Cuba, 18 de Mayo de 1895. Tomado de Granma, Cuba, 19 de Mayo 2006. http://www.granma.cu/espanol/2006/mayo/vier19/carta.html
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