domingo, 4 de noviembre de 2012

El Hidrórigo. Autor David Gómez Salas


El Hidrórigo
Autor David Gómez Salas

Ya no llores por favor,
mejor escucha este cuento.
Sobre un llorón fenomenal,
el llorón con más talento.

En una selva maravillosa,
fantástica y muy lejana.
Vivía un hada poderosa,
que trabajaba de nana.

Una noche fue a cuidar
a un hidrórigo pequeñuelo.
El crío se soltó a llorar
y causó un gran revuelo.

El sonido emitido
superó lo conocido.
La población se espantó
por el estridente ruido.

Sus lágrimas escurrieron
y originaron grandes ríos.
Llenaron lagos, océanos
y muchos terrenos bajíos.

Los animales gritaron:
¡Se van a desbordar!
Fueron a las partes altas
para sus vidas, salvar.

Los árboles al no poder viajar,
optaron por estirarse
para tener más altura
y de esta forma salvarse.

El  hada cuidadora envió
las lágrimas al universo.
Y los agujeros negros
quedaron cubiertos e inmersos.

Si todo esto lo causó
un hidrórigo infante,
imagina que puede hacer
un hidrórigo gigante.

lunes, 4 de junio de 2012

AJUSTE DE CUENTAS. Autor David Gómez Salas


AJUSTE DE CUENTAS
Autor David Gómez Salas

Un sábado de julio, salí de vacaciones con Juan y Jesús al sureste de México. Viajamos en un carro Sentra blanco y paramos a dormir en un pueblo del Estado de Oaxaca.

Arribamos al hotel como a las ocho de la noche, nos atendió en la recepción un viejo moreno, delgado con cara de águila.

Era un hotel con pocos cuartos y un terreno enorme. Con calles interiores para la entrada y salida de autos. Un jardín exuberante al centro, rodeado por un estacionamiento. Al fondo las habitaciones y la recepción. Había formidables árboles por todas partes. Mangos, chicozapotes, tamarindos y vegetación abundante del trópico húmedo.

Nos registramos en la recepción y fuimos a nuestras habitaciones. Nos bañamos y nos volvimos a ver en el estacionamiento. Salimos a cenar.

Las calles del pueblo eran de  piedra y tierra, unas cuantas banquetas o aceras deterioradas. Las calles llenas de charcos. La imagen típica de mi querido Oaxaca, saqueado por sus gobernantes.

Caminamos a la plaza principal y en un puesto callejero, comimos tlayudas (tortilla de maíz grande, con asiento de manteca de puerco, frijoles, lechuga, carne y salsa) y tomamos refrescos de cola bien fríos.

Cuando regresamos al hotel, Juan y Jesús fueron a sus habitaciones, yo me quedé en el patio para admirar el cielo lleno de estrellas, casi sin luna.

Minutos mas tarde, arribaron al estacionamiento cuatro automóviles, de donde bajaron siete hombres y cuatro mujeres. La mayoría borrachos.

Abrieron las puertas de sus habitaciones y siguieron tomando  en la banqueta. De inmediato llamó mi atención una mujer vestida de blanco, con bella silueta.

Más tarde, sentado en una gran roca, observé que la mujer de blanco entraba y salía de los diferentes cuartos. A propósito voltee a ver a otro lado, para no ser fisgón.

Pero involuntariamente, mas tarde, volví la vista a la zona de  habitaciones. Las mujeres que permanecían sentadas en la banqueta, se pusieron de pie y fueron a las habitaciones. No estaba la más joven, entre ellas.

Quien parecía ser el jefe, un individuo alto, moreno, robusto y con bigotes, llamó a los hombres, habló brevemente con ellos y estos fueron a los autos por armas.

Envió a dos hombres a las esquinas del fondo del terreno, quienes con linterna de mano alumbraban los límites de atrás y los lados.

Los cuatro hombres restantes se pusieron a revisar alrededor de las habitaciones.

Dos de estos últimos, ubicaron sus automóviles al fondo con los faros encendidos hacia el frente, iluminando los caminos de entrada y salida de autos, y regresaron a reunirse con sus compañeros.

Los cuatro, con el jefe al centro, formaron una línea a lo ancho del terreno y con armas en la mano, avanzaron hacia el frente para revisar el estacionamiento y el jardín.

Por instinto de conservación, me levanté de la piedra y corrí agachado entre los árboles.

Revisaron palmo a palmo el terreno. Al avanzar no quedaba un punto sin examinar. Registraron arbustos y arriba de los árboles. Cuando llegaron a la calle, regresaron para recorrer de nuevo el jardín y el estacionamiento, hasta el fondo.

La búsqueda se volvió caótica, hasta que el jefe envió un vigilante en cada esquina del frente del terreno. Estando vigilado el terreno por las cuatro esquinas, abordó un auto con dos hombres y abandonó el hotel.

Al día siguiente fui a la cancha de basquetbol, no podía ir al hotel. No conocía la razón a detalle, pero sabía que era peligroso ir al hotel.  

Cuando llegué a la cancha, no estaban mis amigos. Así que me alejé y vigilé el lugar desde un puesto de jugos. Esperé, pensando que a Juan y Jesús se les ocurriría buscarme en las canchas; y así fue. En cuanto llegaron fui con ellos. 

—Anoche me persiguieron en el estacionamiento—Les dije.

Estaba en el jardín pensando y noté que terminaron las risas, volteé y observé que había concluido el festejo y los hombres empezaron a revisar el hotel y todo el terreno. Alcancé a ver cuando sacaron armas de los carros.

Corrí agachado por entre los árboles hasta llegar al frente del hotel, crucé la calle y salté a una casa. Esperé escondido dos horas para regresar al hotel, pero lo mantenían vigilado.

Registraron todo el hotel, especialmente el jardín, el cual iluminaban con lámparas de mano y con los faros de sus carros.

Permanecí en la cochera de la casa frente al hotel. No podía ir más al fondo de esa casa pues corría el riesgo que los dueños me vieran. Estuve quieto en cuclillas hasta que casi se me entumieron las piernas.

Me di cuenta que la casa estaba desocupada y me animé a ir al patio trasero. Subí la barda final y salté al lote de atrás, que es un terreno baldío.

Fui a la carretera, caminando para no llamar la atención. Crucé la carretera y me metí a un terreno con árboles de mango. Subí a un árbol a esperar que amaneciera.

Sin embargo, cinco minutos después vi que la chica del vestido blanco cruzó la carretera, y vino a mi escondite.

La muchacha dijo que me vio en el hotel antes de escapar. Y que después, desde donde estaba escondida, vio cuando crucé la carretera.

Se llama Marisol y quiere que la ayudemos a salir del pueblo, está escondida en un huerto de mangos, esperando que pasemos por ella.

Primero pensé que esos tipos habían hecho algo malo cuando estaban tomando, y creían que yo era testigo. Pero ahora creo que ellos piensan que ayudé a la chica a escapar del hotel.

— ¿Por qué escapó?—Preguntó Jesús.

—La invitaron a una fiesta con engaños y querían abusar de ella—Contesté.

Fuimos al hotel y al llegar, ahí estaba el jefe platicando con el administrador. Quien al vernos, preguntó ¿fueron  a jugar básquet?

No tienen aros los tableros, respondió Juan sin detenerse. Caminamos a nuestras habitaciones simulando no tener prisa.

Dejamos las habitaciones después de bañarnos. Llevamos las maletas al carro y pasamos a la administración a entregar las llaves. Ya habíamos pagado al entrar.

Se notaba que el jefe deseaba averiguar sí habíamos visto algo de lo ocurrido en la noche. Nos preguntó como nos había parecido el pueblo. Jesús sonrió y aclaró que solo habían conocido el hotel y el parque (la plaza central).

—Bueno ¿les gustó lo que vieron?—Insistió el hombre.

—Noté que las personas son amables, eso me gustó mucho—Contesté con ironía.

Después de entregar las llaves, Juan dio las gracias y se despidió.

—¿Para donde van?—Nos preguntó el viejo cara de águila, entrometido.

—A Tuxtla—Contestó Juan.

Caminamos al automóvil sin prisa, lo abordamos y partimos con calma. Juan manejaba el vehículo y Jesús iba a su lado; yo atrás.

Juan, condujo el automóvil rumbo a la carretera federal  y le dije que tomara en dirección a la ciudad de México, para recoger a Marisol, que estaba a 700 metros del crucero.

Marisol vigilaba la carretera desde su escondite y cuando llegamos esperó a que abriera la puerta y descendiera del auto. Era la señal que habíamos acordado para indicarle que todo marchaba bien.

Salió entre los árboles y corrió hacia nosotros. Cargaba una mochila color guinda. Entró al automóvil y se sentó atrás de Juan. Me acomodé a su lado y arrancamos.

Marisol era morena, delgada, ojos negros grandes, nariz pequeña, labios ligeramente gruesos, dientes blancos, cabello negro y abundante. Bellísima.

—¿A donde quieres ir?—Le preguntó Juan.

—A donde vayan ustedes—Contestó Marisol.

—Vamos a Arriaga, pero te podemos llevar a donde gustes—le dije.

—Arriaga me queda bien—respondió.

Se veía asustada así que sin decir más, dimos la vuelta en “U” y nos dirigimos a Chiapas.

Le pedí a Marisol que se agachara unos minutos para que no pudieran verla. Ya lejos del pueblo le dije que podía sentarse en forma normal.

Continuamos el viaje en silencio. Hasta que ella quiso hablar.

—Trabajo para un señor que se llama don Saúl, él me invitó a una fiesta en honor del presidente municipal electo—dijo ella.

En esa fiesta, don Saúl y su esposa me pidieron que los acompañara a otro lugar a un brindis familiar. Y me llevaron al hotel.

Su esposa me dijo que querían ofrecerme un trabajo más estable y bien pagado, el cual me explicarían en un lugar con menos ruido.

En el automóvil, la esposa de don Saúl me comentó que don Saúl había notado mis deseos de superación y deseaba darme un mejor trabajo. Me aconsejó que me ganara la voluntad de su esposo, que ella estaba de acuerdo porque era de “amplio criterio”

En la fiesta comí poco y no tomé alcohol; sin embargo, cuando viajaba con la esposa de don Saúl, tuve la sensación que mi cuerpo pesaba menos, y además me sentí sin fuerzas.

Al llegar al hotel fingí sentirme mal del estómago y con ese pretexto iba al baño varias veces, esperando una oportunidad para escapar.

Le dije a Don Saúl que me molestaba mucho la luz, que la sentía muy brillante, como cuando pruebas los hongos. Me mostraba contenta para que no sospechara mi intención de huir.

Y para evitar que quisiera acostarse conmigo le dije que me sentía muy mal del estómago, con ganas de vomitar, que el vómito se me subía a la boca a cada rato.

Don Saúl es un hipócrita que fingió ser amable conmigo, pero resultó ser el cabrón que todos dicen…

Escuchamos sin hacer preguntas. Estaba alterada y con deseos de desahogarse, así que continuó hablando sobre las transas, influencias, riquezas, abusos de poder del mentado  don Saúl.

Después de decir pestes del cacique, nos habló sobre Juchitán, Tapanatepec, Coatzacoalcos, algunas playas oaxaqueñas  y las costumbres de la región.

La carretera en dirección al sur se bifurca: a la izquierda va a Tuxtla Gutiérrez;  y a la derecha  a Tapachula. Como el viaje era rumbo a Tapachula, Juan había dicho frente al Capo que íbamos a Tuxtla.

Cuando llegamos a la ciudad de Arriaga, Marisol nos pidió que no paráramos, que siguiéramos a la siguiente ciudad, porque tenía miedo que nos hubieran seguido. Le hicimos caso.

En el camino Juan comentó que en Tapachula, hay personas de origen chino, alemán, turco y otras partes, porque fue refugio para perseguidos políticos; y por eso sus habitantes eran muy solidarios.

Jesús platicó que el Distrito federal era una ciudad muy hospitalaria, a donde inmigraban personas de todos los Estados.

Yo dije que la mayoría de la gente que vive en Cancún, son inmigrantes o hijos de inmigrantes; y por eso también eran solidarios. Estaba embobado por Marisol, dije cualquier cosa.   

La conversación no fue fluida. Cualquier tema era para pasar el tiempo.

                                                
Llegamos a Tonalá y nos sentimos menos inseguros, porque estábamos más lejos del pueblo del Capo.

Juan sabía que muchos habitantes del Istmo de Tehuantepec se mudaban a vivir a Chiapas, por lo que le preguntó a ella si tenía familiares en la costa de Chiapas.

—No, solo tengo parientes en Coatzacoalcos, Distrito Federal y  Estados Unidos—Contestó. Hace 12 años mis padres se fueron a vivir a Coatzacoalcos y me llevaron. Regresé a mi pobre pueblo hace tres años.
    
— ¿Porque regresaste a tu pueblo?—Le pregunté.

— Por negocios—contestó.

(Después supe que los padres de Marisol se habían mudado una colonia que se llama Allende de Coatzacoalcos y se separaron. Su padre se fue en un barco de carga, griego. Su madre se dedicó a la prostitución  y no quiso vivir con ella).

Cuando entramos a la ciudad de Tonalá, Marisol dijo que necesitaba ir a comprar ropa. Le dije que podía acompañarla pero no aceptó. Dijo que fuéramos a un restaurante.

Localizamos un restaurante llamado “Boca del cielo”. Antes de entrar al restaurante, Marisol dijo que iría a comprar ropa y que le resultaba más cómodo hacerlo sola. Que regresaría pronto.

—Estoy acostumbrada a comer poco y sin horario—Nos dijo. Y explicó: cuando trabajaba como edecán en las fiestas, me drogaba y pasaba la tarde y noche sin comer.

Entramos al restaurante, ordenamos y empezamos a comer sin esperar a Marisol. Pensamos que podría tardar mucho en regresar o no volver.

Marisol llegó al restaurante mas tarde y pidió únicamente un plato de arroz con camarones y una coca de dieta.

Después de pagar la cuenta, en la puerta del restaurante, Juan preguntó a la dueña sí conocía un buen hotel. La señora recomendó un hotel llamado “Fiesta Mexicana”, ubicado en la misma calle, tres cuadras mas adelante.

Al subir al carro Marisol expresó que no le gustaría ir al  hotel que recomendó la señora. Propuso ir a la playa y buscar allá un hotel. Estuvimos de acuerdo, fuimos a Puerto Arista.

Al llegar a la playa Juan contó que cuando él era niño, a la entrada a Puerto Arista había una enorme Ceiba, y todas las tardes se llenaba con miles de cotorras. Aún cuando la Ceiba era enorme, parecía que no había lugar para todas, por lo que peleaban los espacios. Finalmente todas las cotorras conseguían un lugar, se tranquilizaban y dormían.

— Bueno ya no existe la Ceiba, pero el mar nos espera siempre—Dijo con nostalgia.

En Puerto Arista existían solo cuatro hoteles formales con aproximadamente 25 cuartos cada uno. Únicamente había dos habitaciones libres en uno de ellos. En los otros tres: Nada.

Rentamos las habitaciones de inmediato. Una para nosotros y la otra para ella sola.

Después de tomar un baño. Marisol salió a caminar con nosotros a la playa, y al anochecer fuimos a cenar. Al terminar ella regresó a su cuarto. Fui a invitarla a salir y no quiso.

—Bueno, que descanses—Le dije.

—Gracias—contestó ella.

No sabíamos si Don Saúl continuaba buscando a Marisol. Era un traficante bien relacionado que contaba con el apoyo de políticos de derecha, centro e izquierda. Disfrazado de empresario constructor de viviendas y exportador de frutas.

El lunes desayunamos en el hotel y fuimos a la playa, al mediodía.

—Voy a comprar un traje de baño, no me tardo—Dijo Marisol.

Compró un traje de baño, fue a su habitación, se lo puso y regresó para nadar en el mar.  Lucía bellísima en traje de baño, tenía un cuerpo exquisito.
 
Nos metimos al mar, más de tres horas. Estaba impresionado con Marisol, jamás había conocido otra mujer que me gustara tanto. Sus ojos negros, blanca sonrisa, piel morena, cintura esbelta y lindas piernas.

Regresamos al hotel, a la regadera que está en la playa. Después fuimos a nuestras habitaciones. Ella dijo que se cambiaría de ropa y nos esperaría en  el lobby.

Les dije mis amigos que desde que conocí a Marisol pensaba todo el día en ella. Que me estaba enamorando de ella.

Jesús y Juan quedaron sorprendidos.

—Estás loco, porque además de drogadicta, es prostituta—exclamó Jesús.

—Si es drogadicta y prostituta, pero quiero intentarlo—Contesté. Veo una mujer muy linda, delicada y fuerte a la vez.

—Incluso puede tener SIDA por ser drogadicta y prostituta—atacó Jesús.

—La sacaré de la droga y la prostitución—Les dije. Le pediré que se haga el examen VIH.

—¡Estás fregado!—Dijo Jesús.

Estaba convencido que Marisol era buena, pues con la droga y la prostitución solo se había hecho daño ella misma, no a los demás. Era admirable su energía.

—Por mi parte estoy de acuerdo que ella viaje con nosotros para que lo intentes, así sabrás que quiere ella—dijo Juan.

Pero había un nuevo problema: Marisol había vendido droga en la playa y el cártel que controlaba la plaza estaba enfurecido.

Esa tarde comimos en nuestra habitación. La reunión fue una catarsis que suscitó sentimientos de comprensión, purificación y otras emociones, fue como un ritual para extinguir los prejuicios de Jesús y conocer las virtudes en Marisol. Era muy inteligente.

La conversación fue fluida, profunda y abierta; disfrutamos  hasta la media noche. Tomamos algunas copas y Marisol no se drogó.

El martes salimos del hotel a las ocho de la mañana. A la salida de Puerto Arista nos detuvimos a comprar refrescos y pastillas de menta.

Pasaron frente a nosotros dos camionetas, y la señora que nos atendía comentó: esos son narcos y manejan como bestias: vienen a levantar a alguien.

En cuanto pasaron las camionetas en dirección al hotel,  salimos en sentido opuesto, rumbo a Tonalá para tomar la carretera que va a Pijijiapan y después a Tapachula.

Sentía que Marisol vivía internamente una situación difícil, le había pedido que se casara conmigo. Y dijo que lo pensaría. Creía que eso la atormentaba.

Pero nos confesó que en su mochila tenía casi dos kilos (cuatro libras) de droga, empacadas en dieciséis bolsitas, y que deseaba deshacerse del producto. La había robado a don Saúl.

No podíamos devolverla, ni deseábamos que la droga fuera usada por alguien más, así que decidimos tirarla al mar.

Viajamos a Acapetagua una ciudad de cinco mil habitantes; y de ahí a un pequeño poblado de pescadores, a partir del cual se puede ir en lancha a la playa.

El pueblo era muy pequeño, a simple vista parecía que solo eran 10 viviendas, pero existían mas chozas en la selva de mangle. En el lugar había un campamento del ejército que daba asistencia a la población. Doctores y dentistas atendían gratis a las personas.

Encontramos un pescador que por mil pesos nos llevó a pasear por los canales que cruzan el manglar y llegan muy cerca de la playa.

Es un pantano con mangles diferentes a los que existen en otras partes del mundo. Este mangle chiapaneco, tiene sus raíces en el lodo como todos, pero su tallo es recto y alto, con hojas limpias, mide más de 35 metros de altura. Nace en el pantano y alcanza el cielo. Al bello lugar lo llaman “La encrucijada”

Después recorrer el manglar por aquellos canales naturales, desembarcamos cerca de la playa y corrimos hacia el mar.

Esparcimos la droga entre las olas, corriendo casi un kilómetro a lo largo de la costa. El polvo blanco espolvoreado se mezcló y disolvió en el inmenso océano pacífico. No sé que efecto haya causado en los peces.  

Nos subimos a la lancha y regresamos a la casa del pescador, quien nos obsequió camarones cocidos. Nos despedimos del pescador y fuimos al automóvil. Junto al automóvil estaban los soldados, que acompañaban a los dentistas.

Llegamos a Tapachula a las seis de la tarde y al día siguiente Marisol y yo tomamos el vuelo de regreso a la Ciudad de México.

Jesús y Juan permanecieron en Tapachula una semana, porque Juan mandó a pintar de color azul el carro. Regresaron al Distrito Federal por carretera sin ningún problema. Me llevaron los periódicos locales y leí las noticias:

EL SOL TURULO
Sicarios levantaron a cuatro jóvenes
Tres hombres y una mujer que viajaban en un auto blanco con placas del Distrito Federal, fueron levantados en Tonalá…

EL DIARIO DE PAREDÓN
Balacera en Puerto Arista
Una banda del crimen organizado ejecutó a unos jóvenes en un hotel...

LA NOTA ROJA
Ejecuciones de jóvenes
Se atribuyen los crímenes a disputas entre grupos delictivos, son ajustes de cuentas…

lunes, 28 de mayo de 2012

Lo que me enseñaste, callada. Autor David Gómez Salas

Lo que me enseñaste, callada
Autor David Gómez Salas

Cuando te echaron a la calle,
te fuiste callada.
Erguida y segura,
tu temple brillaba. 

Solo te llevaste tu ropa
y zapatos. 
Quedaste sin muebles,
sin plantas, sin trastos.

A mis diez años de edad 
odié y sufrí a raudales,
al verte desamparada y
sin bienes materiales.

A escondidas, te llevé
una vieja licuadora.
Y no la aceptaste,
mi gran educadora.

Por tus decisiones y caricias
en momentos clave;
aprendí que con dignidad
y amor, se supera lo insuave.

La fotografía. Autor David Gómez Salas

La fotografía
Autor David Gómez Salas

En la foto de graduación 
del bachillerato, 
encuentro en tu expresión:
amor, protección
y elixir mitridato.

Mirada circunspecta
y un rastro de angustia,
mi imaginación detecta.
(Tus hijos,
presión que no cesa; 
responsabilidad
que pesa).

El retrato es una prueba
del apoyo que me dabas.
Del tiempo
que me otorgabas.

jueves, 2 de febrero de 2012

HOMENAJE A JOSÉ MARTÍ


HOMENAJE A JOSÉ MARTÍ

en el CLIX aniversario de su natalicio

Intervención de

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.([1])

José Martí, Grande de América. De “Nuestra América” como tú la llamabas, para diferenciarla de la otra. ¡Salud!

Compañeros:

Tengo la certeza de que la ciudadanía estará de acuerdo conmigo en expresar un reconocimiento tanto para el Ayuntamiento como para los promotores de este pequeño pero significativo remanso de paz, reflexión y amor, construido gracias al entusiasmo de nuestros queridos amigos la maestra María de Jesús Rangel, el Dr. Héctor Treviño Herrera, el Lic. Eulogio Rodríguez Millares, ex-Cónsul General de Cuba en Monterrey -quien apoyó decididamente el proyecto y gestionó el busto que lo engalana- y de todos los integrantes del Comité Estatal de Solidaridad con Cuba en Aguascalientes. ¡Muchas gracias a todos ellos!

Estamos congregados una vez más para rendir el ya tradicional homenaje con motivo del natalicio de nuestro héroe, quien siguiendo los pasos de Simón Bolívar y demás paladines de la primera independencia de América Latina, impulsó nuestra segunda liberación en 1895; convertido en mártir al morir en el intento, le pasó la estafeta a México y su Revolución de 1910 que, antes de sufrir el lamentable colapso en que la mantiene nuestra incuria cívica, regresó la antorcha a la Patria de Martí, a Cuba, a nuestra hermana República de Cuba, que el 1º de Enero de 1959 se convirtió en el primer territorio libre de América para empezar a hacer realidad el sueño martiano.

Sé que en estos casos es usual referir detenidamente las virtudes del homenajeado; en esta ocasión, sin embargo, pido el permiso de ustedes para escuchar, mejor, la palabra del maestro, del poeta, del periodista, del político y, sobre todo, del gran guía de “Nuestra América” que fue José Martí, porque necesitamos que su mensaje nos despierte del letargo en el que está inmersa nuestra consciencia, pues su pensamiento de hace más de un siglo es tan vigente como lo que vamos a escuchar y que entresaqué de su valioso documento periodístico “Nuestra América”: ([2])

“¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan porque llevan el delantal indio de la madre que los crió, y reniegan ¡bribones! de la madre enferma ¡y la dejan sola en el lecho de las enfermedades! Pues ¿quién es el hombre? ¿el que se queda con la madre a curarle la enfermedad o el que la pone a trabajar donde no la vean y vive de su sustento... maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor en la espalda...?

“¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más; estos desertores que piden fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga en sangre a sus indios, y va de más a menos! ¡Estos delicados, que son hombres y no quieren hacer el trabajo de hombres!” (Id)

Esto les decía José Martí a quienes solo tienen ojos para el imperio en lugar de proteger las raíces que están en nuestra cultura latinoamericana.

A continuación la advertencia dirigida a los gobernantes:

“El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.”

“...el lujo venenoso, enemigo de la libertad, pudre al hombre liviano y abre la puerta al extranjero.” (Ibid)

Como ustedes lo captaron, es un mensaje con dedicatoria a los modernos miramones y mejías que cambiaron al príncipe austriaco por inversores extranjeros que vienen a chupar la sangre de nuestros obreros, campesinos y profesionales porque los suyos no aceptan sus míseros salarios.

Y Martí nos dice, también, lo que piensa de nuestras instituciones educativas:

“¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al mundo, con antiparras yanquis o francesas, y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen.” (Ibid)

Y yo digo que ahora ya no solo en la universidad, pues queremos que nuestros hijos empiecen a pensar en inglés desde el kinder, cuando, como nos dice Martí:

“La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia.” O esta otra:

“Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas.” (Ibid)

Martí también es profeta cuando nos dice:

“Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.”

Y una parte muy importante del pueblo, compañeros, es la juventud; de ella nos dice el prócer:

“Los jóvenes de América... Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear.” (Ibid)

Si Martí hubiera conocido la televisión se hubiera maravillado, pero estaría espantado por el pésimo uso que se le da. Y seguramente nos insistiría en que la salvación no está en copiar lo que nos machacan día y noche, sino en nosotros mismos, en nuestra autenticidad y en nuestra riqueza cultural; en nuestro arte, en nuestras costumbres y no en las que insisten en querernos imponer.

Nuestra juventud comprenderá en todo su valor los últimos mensajes, magistrales, de José Martí. El primero dedicado al imperio:

“...el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando... (es) la anexión de los pueblos de nuestra América al Norte revuelto y brutal que los desprecia...” “Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas...” ([3])

Y el segundo dedicado al despertar de América Latina:

“Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.” (2)

Esto nos lleva de la mano a nuestra última reflexión: la mayor parte de los países sudamericanos son los que últimamente han empuñado la bandera de la liberación y el 3 de Diciembre pasado obtuvieron un logro excepcional al fundar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) en Caracas, Venezuela, la tierra de Bolívar.

Y la reunión del presente año se celebrará en Cuba, la tierra de Martí.

Pero para que los instrumentos que los gobiernos construyen tengan el resultado anhelado, los ciudadanos que integramos el pueblo latinoamericano debemos despertar y asimilar las enseñanzas con las que los próceres como Martí nos muestran el camino para conquistar el último tramo de la liberación.

¡Viva Martí!

¡Viva la Revolución Cubana!

¡Viva la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe!

Muchas gracias.

México, América Latina

a 28 de Enero del año 2012

netz_mx@yahoo.com.mx



[1] Autor de la columna “Tlacuilo” que publica La Jornada Aguascalientes los días Viernes.

[2] Nuestra América. José Martí. La Revista Ilustrada de Nueva York, E.U., 10 de Enero de 1891.Tomado de http://www.analitica.com/bitblio/jmarti/nuestra_america.asp

[3] La carta inconclusa de Martí a su amigo Manuel Mercado. Campamento de Dos Ríos, Cuba, 18 de Mayo de 1895. Tomado de Granma, Cuba, 19 de Mayo 2006. http://www.granma.cu/espanol/2006/mayo/vier19/carta.html

lunes, 30 de enero de 2012

Mi amigo. Autor David Gómez Salas

A mi amigo

Autor David Gómez Salas

.

Recuerdo con tristeza a un amigo

que quise como a un hermano.

De los trece a los diecisiete años,

crecimos juntos, les digo.

-

Después me fui de aquella ciudad

dejé de verlo siete largos años.

Un día regresé a visitarlo.

en Navidad y fin de año.

-

Mis paisanos me dijeron

murió hace casi un año.

Unos dicen: se suicidó

Otros: lo mató su hermano.

-

Mi amigo, tenía gran temple,

era valiente y equilibrado.

Exitoso con las mujeres,

con dinero y honrado

No lo imagino pesimista

deprimido, ni derrotado

-

Quise ver a su madre, una santa.

Sus hermanas me bloquearon,

no pude cruzar la puerta;

el acceso, ellas cerraron.

-

Me dieron un argumento extraño:

-

Tu presencia la hará recordar

cuando vivía feliz mi hermano

y al verte volverá a sufrir.

¡Por eso te debes ir!

-

Aunque no les creí
por prudencia me retiré
Recordé a mi gran amigo

y dentro de mi… lloré.

-

Han pasado muchos años

de aquellos acontecimientos

Pero en este caso, el tiempo

no ha borrado mi descontento.

domingo, 15 de enero de 2012

Mujer. Autor David Gómez Salas

Mujer

Autor David Gómez Salas

-

El viento mueve

la ligera tela

de tu ropa.

Y dibuja, insinuante

tu silueta.

-

Tus relieves,

bellas curvas,

me provocan.

Y mi mente delirante

se engrilleta.

-

Cuando bebo

el néctar

de tu boca,

del deseo soy

su marioneta.

-

Y ya fuego,

solo me importan

tus labios, tu cuerpo

y tu sexo.

-

Me absortan.

Y de este Universo,

al amarte,

permanezco inconexo.

-

Derechos de autor

miércoles, 11 de enero de 2012

El arte y la forma de trabajo Autor David Gómez Salas

El arte y la forma de trabajo

Autor David Gómez Salas

Llamaré conjunto A, al grupo integrado por el total de personas que “viven en Aguascalientes” y contribuyen activamente al bienestar de las personas. Grupo de personas. Ejemplos: Corina, Erika, Marcela, Ambrosio, Tania, Rebeca, etc.

Y llamaré conjunto G, al grupo integrado por el total de grupos que “viven” en Aguascalientes” y contribuyen activamente al bienestar de las personas. Grupo de grupos. Ejemplos: La carpa, Hamlet , Callejuelas, TeaINEGI, etc.

Ejemplo: Ambrosio pertenece al conjunto A, pertenece a Hamlet y Hamlet pertenece al conjunto G.

Conviene integrar un conjunto más grande, que sea la unión de todas las personas y grupos que pertenecen a los conjuntos “A” y “G”. Para que este gran conjunto interactúe activamente con su entorno y sea la plataforma para CRECER y contribuir al bienestar de las personas.

Si definimos al conjunto B, como el total de personas que disfrutan los beneficios que proporcionan los conjuntos A y G. ¿Qué tan grande es actualmente el conjunto B?

a. ¿Qué tan grande es el conjunto B, en Aguascalientes y sus alrededores? Aguascalientes y lugares cercanos de Jalisco, Guanajuato, Zacatecas y San Luis Potosí.

b. ¿Qué tan grande es el conjunto B, fuera de Aguascalientes y sus alrededores?

Creo se necesita que crezca enormemente el conjunto “B”, así las personas que pertenecen al conjunto “A” y los grupos que pertenecen al conjunto “G”: alcanzarán altos niveles de calidad y bienestar.

El teatro Aguascalientes, Morelos y demás instalaciones, son únicamente medios (herramientas) para alcanzar el objetivo de trascender socialmente a favor de México. Me gustaría que esto último, fuera el objetivo de todos los que pertenecen a los conjuntos “A” y “G”.

Cuando crezca el conjunto B, alcanzarán éxitos profesionales de mayor magnitud; y disfrutarán las bondades anímicas y materiales, que el éxito produce.

Feliz año

martes, 3 de enero de 2012

¿Qué hará Dios, todos los días? Autor David Gómez Salas

¿Qué hará Dios, todos los días?

Autor David Gómez Salas


¿Qué hará Dios, todos los días?

No mejora el universo,

ni corrige algún defecto,

porque lo hizo perfecto.


¿Qué hará Dios, todos los días?

¿Cuánto tiempo pasará,

atendiendo a los llorones?

¿Cuántas pecados oirá?

Y ¿Cuántos absolverá?


¿Qué hará Dios, todos los días?

¿Cuál será su razón de ser?

¿Serán iguales todos sus días?

¿Cuales son sus expectativas?