jueves, 9 de junio de 2011

La mujer y el mar. Autor David Gómez Salas


Mar embravecido.

semilla de mis pasiones,

al sacudir mi cuerpo

fortaleciste mi alma.


Tu oleaje indomable

lo llevo en la sangre.

Es mi linaje, mi estirpe.

Mi vendaval y fogosidad

son tu herencia.


No me espanta

que la embarcación cruja

y el vendaval me sacuda.

Me gusta.


Amo tu cielo encapotado,

tus tormentas desatadas.

Tus cambios,

tu interior…

tu calma.


Mar, eres mi mundo-vida.

Por ti comprendo

mi naturaleza,

mi temperamento.


Amo a las mujeres

que son tormenta

y también a las

que son bonanza.


Las amo siempre:

ardientes o cohibidas,

inquietas o serenas,

lujuriosas o santas.


Las amo como el mar:

Con intensidad.

Unas veces estremecido;

otras, con calma.